ELECTROLINERA
Aunque hablamos de un término ya usado, que últimamente se va haciendo hueco en el debate energético actual, ELECTROLINERA también es un proyecto de tres alumnos (dos compañeros de la ETSAS y un servidor), participantes del concurso ANfhARQ, en cuyo lema de 2012, ARQ-TMOSFERAS, el objetivo era la búsqueda de soluciones constructivas con hormigón arquitectónico mediante el empleo un cemento especial con propiedades descontaminantes y autolimpiantes. Las propuestas debían perseguir soluciones creativas o innovadoras que mejor compatibilizaran las tres dimensiones de la sostenibilidad: medioambiental, social y económica.
Partiendo de esta base, nos pusimos manos a la obra en el desarrollo de un proyecto de estación de servicio de recarga de coches eléctricos, inserto en la ciudad de Sevilla, en la que la modularización y flexibilidad del diseño guiasen el desarrollo de la idea, y su prefabricación/construcción se pensasen mediante procedimientos sostenibles.
El programa asociado a una edificación de este tipo es similar al que posee una gasolinera convencional, con la principal diferencia de que el surtidor se sustituye por un punto de recarga enchufable, y que el tiempo de repostaje se verá aumentado debido al sistema eléctrico de recargas de baterías. Esto plantea dos consecuencias fundamentales: prever más puntos de recarga que en una gasolinera convencional para evitar aglomeraciones y ajustar el programa para que el conductor tenga la posibilidad de hacer otras cosas durante ese tiempo de recarga.
Así pues, buscamos ese prototipo que cumpliera estas premisas analizando la geometría del hexágono, cuya seriación como módulo dotaba al proyecto de esa elasticidad al adaptarse a diferentes tamaños o formas dependiendo de las necesidades y el lugar, apoyándose en una infraestructura de viarios circulares tangentes, los cuales contenían los espacios de repostaje concéntricos respecto a los puntos de recarga.
El lugar tomado como ejemplo de implementación de este prototipo, fue la intersección de la Avenida de la Buhaira y la Calle Enramadilla (Sevilla), unos viales caracterizados por su tránsito y flujo constante de tráfico, lo cual lo hace idóneo para el aprovechamiento de las propiedades especiales de ese cemento motivo del concurso.
Y aunque no obtuviésemos ningún premio ni mención, nos hallamos orgullosos de todo el proceso y trabajo realizado, junto con la experiencia de participar en el concurso y algunas palizas de trasnochar para sacarlo adelante, las cuales se condensaron en el siguiente panel: